sábado, 14 de julio de 2012

El "Odio" ("Hate") de Peter Bagge.

Un clásico del cómic alternativo americano.


Ya hacía tiempo que le daba vueltas a qué escribir, una vez realizada, lo mejor que pude, la traducción de "El sueño de Sultana", así que preferí volver con un tema que conozco bastante bien.
No soy especialmente "comiquero" -aficionado al cómic, vamos-, y desde los catorce o quince años, no ha sido, precisamente, lo que más he comprado y leído. Y eso que mi habitación parece una auténtica biblioteca, después de haber adquirido -al mejor precio posible, que uno no tiene recursos económicos ilimitados- varios cientos de libros de todo tipo. El cómic, sin embargo, ha ido entrando poco a poco, aunque el haber podido comprarlos a más bajo precio -gracias a mi último trabajo en una librería-, hizo que en pocos años adquiriera cierta importancia entre mis estanterías. Y últimamente, a falta de trabajo, ha sido, sobretodo, la compra de segunda mano a muy buen precio lo que ayudo a ir completando mi colección de historietas. Aunque no siempre. Si deseas tener algo de Peter Bagge, como también de los hermanos Hernández -por nombrar otro par de clásicos del cómic norteamericano alternativo más o menos reciente-, no queda más remedio que acudir a la librería. Que, al fin y al cabo, también tienen que vivir de algo, digo yo.

¿Quién es este hombre? ¿Qué es lo que ha hecho?


Peter Bagge, que ya es un cincuentón, nació en un pequeño pueblo del área metropolitana de Nueva York, de esos pueblos que los americanos llaman "nuestra pequeña y tranquila ciudad", aunque se trate de poco más que una aldea de cien habitantes del Medio Oeste -para ellos, la palabra "ciudad" tiene un significado más social que demográfico, imagino-, llamado Peekskill -sí, ya sé: "¿Dónde demonios está eso?"; cualquiera sabe, lo dicho en el estado de N.Y.-. Estudió en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, pero se cansó pronto, tras descubrir el cómic underground -el predecesor del alternativo actual, que empezaría a ser llamado así más o menos desde principios de los 80-, sobretodo cuando empezó a leer a Robert Crumb, que junto a Robert Corman o Richard Shelton, llegó a ser -y aún es, pues continúa dibujando- un auténtico pope, ejemplo y figura de la historieta de los 70. Pues bien, nuestro hombre decidió a empezar a dibujar lo que le viniera en gana, por mucho que chocara con el cómic americano  mainstream  -corriente mayoritaria, se podría traducir- de la época, y de todas las épocas desde finales de los cuarenta. O sea, el de superheroes. Después de intentar autoeditarse -que no era tan fácil como ahora, gracias a internet-, acabó trabajando en la revista "Weirdo", de su admirado Crumb, para acabar dirigiéndola entre 1983 y 1986. Pero finalmente, acabó en la legendaria editorial Fantagraphics, donde, literalmente, le dejaban hacer lo que quisiera. Eso sí, eran gente sincera, y le hicieron ver que, posiblemente, su obra no iba a ser muy masiva. Y eso significaba tener unas ventas casi insignificantes. En todo Estados Unidos y Canadá de la época -más de 300 millones de habitantes, ahora habría que sumar 30 más-, una revista como "Love and Rockets", de los ya nombrados hermanos Hernández, vendía unos 20.000 ejemplares de media. Y era considerado bastante. Así que...
Después de dejar "Weirdo", se puso a dibujar sobre personajes mediocres y descerebrados, destacando las aventuras de "Los Bradley", una familia que ahora llamarían "disfuncional" -o sea, una pandilla de locos-, que se inspiraba más en la serie "Matrimonio con hijos " que -aunque se diga lo contrario- en la, en aquella época, revolucionaria "Los Simpsom". De toda la obra de su época, agrupada en la publicación "Neat Stuff", que en España se tradujo como "Mundo idiota" -la verdad es que cualquier traducción aproximada resultaba difícil-, éstos fueron los más populares. Y entre ellos -padre vago y semialcohólico, madre beata y depresiva, hija descerebrada e insoportable, hermano pequeño fascistoide y acusica, y hermano mayor misántropo, hipercrítico con todo pero, finalmente, pasivo y un tanto amargado-, fue éste último, Buddy Bradley, quien tendría su propia serie, su spin-off -¡qué bonitos quedan los anglicismos!-. 
Se trata del legendario "Odio". Y a eso voy.
Buddy Bradley es lo que ahora se llama un joven alienado, o sea, hasta las narices de la sociedad que le habría tocado vivir. Se muestra un tanto amargado, quemado, se enfada con facilidad, no es un tipo que le dé gran importancia a su apariencia -soy feo y no tengo arreglo; ¿vale la pena gastarse la pasta en ropa y demás historias de pijos?-, a veces tiene sus venas racistas u homófobas, y no tiene grandes aspiraciones en la vida. De todas formas, tampoco es un mal tipo, no es el vago que muchos creen -su sueño, y lo dice desde su primera historia como personaje independiente, es tener un pequeño negocio propio, y ser su propio jefe-, demuestra tener bastante paciencia -bueno, quizá paciencia no es la palabra exacta; más bien habría que decir aguante- con la familia y los amigos o novias que le ha tocado tener. Realmente, no era muy distinto a millones de jóvenes de ambos sexos, y todas las razas y orígenes geográficos, que vivían en los Estados Unidos de la época. Y de está época, y de otros países. Proporcionalmente, es en España, donde más ha vendido la obra de Bagge. Más, incluso, que en su propio país, y no son pocos los autores de cómic españoles -dibujantes, guionistas, ilustradores, o todo al tiempo, que el trabajo multidisciplinar es muy de de aquí- que reconocen su influencia.


Las aventuras de Buddy transcurren en dos lugares distintos. La primera parte, en blanco y negro, y con un humor más mordaz y con más mala leche, es en Seattle, la famosa capital del movimiento grunge, que también es retratado -aunque de forma secundaria- por el autor. Buddy es amante de la música de los 60, no tanto de los 70, y el grunge le parece más apariencia que contenido. Aún así, el autor, que vive en Seattle, guarda buen recuerdo de la época, y hasta realizó   portada para discos -sí, vinilos, ¡existieron!; no siempre hubo pequeños y aburridos CDs- de grupos de aquella época y estilo. La segunda transcurre, junto a su novia Lisa, en Nueva Jersey, el estado -gris, anodino, residencial donde los haya- de donde él es originario. Esta segunda parte sería algo más larga, en color, con un humor más costumbrista -prácticamente, se podría hacer una serie de actores reales, y resultaría hasta relativamente creíble y realista; al menos más que otros seriales políticamente correctos actuales. Esta segunda parte no gustó tanto a los seguidores de la serie, pero, igualmente, también tiene su interés.
Añadir que Buddy no está solo, sino acompañado de una serie de personajes, casi tan importantes como él, a cual más alucinante e insoportable. A saber: su amigo Apestoso -con ese apodo, ya es fácil hacerse una idea de semejante sujeto, al que Buddy apenas aguanta, pero que es el único que también está dispuesto a soportarlo a él-; su primera novia Valerie -muy pija y culta ella, pero también dominante y autoritaria, y que no duda en usar la violencia física contra él-; su compañero de piso George Hamilton III -un misántropo amargado de raza negra, que escribe sus delirantes teorías conspiratorias en un fanzine de aficionado-, y por último, Lisa, su segunda novia -depresiva, irritante, descerebrada y, en ocasiones, completamente desequilibrada mental-. El cómo acabó casándose -pues se casa, tiene un hijo, un negocio, y cierta adaptación al sistema que anteriormente odiaba y quería evitar-, no deja de ser un misterio. Probablemente, y llegado el caso, sólo se tenían el uno al otro, una vez que el resto de personajes dejan de convivir con ellos. 


La desequilibrada y desquiciante Lisa -a la izquierda- y la autoritaria Valerie -derecha-. Las dos novias de Buddy.

Todavía va saliendo alguna historia en la revista "Hate Annual", que como su nombre indica, sale sólo una vez al año, y Bagge no ha podido evitar volver a sus personajes predilectos. Tras "Odio", ha ido realizando lo que podrían llamarse "obras menores", que siendo a veces brillantes, no llegan ni a la calidad, ni a la duración de su obra principal. 


El autor diciendo adiós -adiós momentáneo- a su criatura principal


A pesar de ser un cómic minoritario, "Odio" tiene un gran merchandising -la publicidad del muñeco destaca que "¡Bebe y fuma!; como el auténtico, vamos-.


Algunas otras serían: 

"Sudando tinta": Es la historia del explotador director de un estudio donde se realizan tiras cómicas para diarios -"Freddie el hurón"; o sea, las aventuras de un hurón, una comadreja gorda y amargada, en una aburrida oficina-, donde el dueño y supuesto autor, Mel Bowling, apenas se dedica a otra cosa que no sea tiranizar a sus empleados, que trabajan como "negros" -en el sentido de que realizan un trabajo que después se atribuirá enteramente su jefe- mientras soportan sus desvaríos políticos y personales.



Los personajes de "Sudando tinta"; abajo a la izquierda, el jefe de todo: Mel Bowling.

"Apocalipsis friki": El título tiene miga. Y trata de algo tan poco creíble como el lanzamiento por parte de Corea de Norte de una bomba atómica sobre Seattle -ya puestos a lanzarla en la costa oeste de los USA, habría sido más lógico sobre Los Ángeles, ¿pero qué sabrán los herméticos norcoreanos de geografía? Eso, si la bomba no acaba cayendo sobre ellos mismos, que sería lo más probable-, y un trío de amigos queda aislado de la civilización, intentando sobrevivir sacando, muchas veces, lo peor de ellos mismos. Sobretodo, porque los pocos humanos que encuentran no resultan mucho mejores que ellos.

"Mundo idiota": Es el nombre de la primera publicación de Bagge. Aquí estuvieron incluidas las historias de "Los Bradley", pero en España se han publicado como una obra aparte, prólogo de "Odio".

"Bat Boy": Es una recopilación de tiras cómicas para periódicos, basado en un personaje, precisamente, aparecido en esos delirantes diarios americanos que hablan de vampiros, fantasmas, resucitados, marcianos y demás personajes increíbles que pululan por las noches de la América profunda. Es el más alocado, pero tal vez el peor de los trabajos de Bagge, que parece que se lo pasó bien con este "niño-murcielago" que se casa con Beyoncé y llega a presidente de los USA, pero que, llegado el momento, tuvo que cortarlo porque no sabía hacia donde iba la historia.



"Todo el mundo es idiota -en el original, estúpido- menos yo, y otras agudas observaciones": O algo así. La penúltima obra de Bagge, y que no se trataría de una auténtica obra de ficción, sin ouna crítica a la sociedad norteamericana, y más concretamente, a la política exterior de Bush jr.


"Other lives": Es la obra más reciente, y trata sobre la identidad colectiva de su país, y de los individuos que lo pueblan -los personajes son de distintos orígenes y razas-, así como las identidades falsas que pueden darse en internet, la que queremos dar de cara a los demás, etc. Sería el retorno de Bagge a la novela gráfica. O sea, el pasar de lo que los americanos llaman comic-book, y nosotros tebeo, a un libro de historieta.


Los problemas personales de los protagonistas de "Other lives".

Por último, añadir que Bagge fue invitado por la legendaria editorial de superheroes Marvel Comics para que realizara su particular visión de Spiderman. Y la verdad, no tiene desperdicio. Aquí el pobre Peter Parker está más loco que todos sus enemigos, y tiene más interés en olvidarse de su papel de superheroe, que de perseguir monstruos y villanos. Bagge también realizó su particular versión del Increíble Hulk, pero, que se sepa, todavía sigue inédito. Quizá fuese demasiado incluso para un "experimeto editorial" como el que se propuso la Marvel.


El pobre Spiderman, pasando por una "depre" de caballo.


Y aquí, la página oficial del Bagge. Está en inglés, pero cualquier navegador permite una traducción simultánea más o menos inteligible -o así debería ser-:


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